Las últimas semanas se han mostrado complicadas para Microsoft. Las alarmas se desataban cuando Don Mattrick, el antiguo responsable de negocio de entretenimiento de la compañía, anunciaba sin previo aviso,
que se marchaba a Zynga como nuevo consejero delegado. El movimiento
fue tan inesperado que Microsoft no había tenido tiempo de pensar en un
sustituto para Mattrick, delegando sus responsabilidades en el señor Steve Ballmer, CEO de Microsoft.
Unos días después se filtraba que Julie Larson-Green,
responsable de la división de Windows, podría comandar la nueva
división de entretenimiento que planeaba poner en liza Microsoft, pero
sin tener una confirmación oficial al respecto. Fue ayer cuando se hizo
oficial la noticia, donde esta experimentada mujer de negocios tomará las riendas de una nueva división de entretenimiento que no sólo engloba la marca Xbox, sino también música y vídeos.
Microsoft considera que
todos estos recientes cambios van a ofrecer nuevos caminos para "dar un
mayor valor" a los consumidores y socios de Xbox, mientras se alinean
recursos para intentar ser "vencedores en esta era de dispositivos y
servicios", donde se incluye la marca Xbox. La principal estrategia de
mercado se centra en llegar a tiempo para lanzar Xbox One estas
navidades, que tiene que estar lista aún lidiando con los últimos
cambios de política de uso de la consola con el DRM y la conexión a
Internet, y con el ligero retraso de juegos en desarrollo que tiene
respecto a su principal competidora PlayStation 4.
Desde Sony se muestran confiados en esta nueva generación por dos
principales factores: en esta ocasión PlayStation 4 saldrá en una fecha
similar a Xbox One, y no como pasó con esta generación donde PS3
apareció bastante después que Xbox 360. Y segundo, el precio de PS4 es
inferior al propio de Xbox One, una ventaja competitiva de gran
importancia.
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